La mañana del 17 de julio estuvo marcada por la Eucaristía presidida por el obispo de Iquique y concelebrada por el arzobispo de Antofagasta. La procesión y la subida de la imagen al camarín renovaron el fervor y el compromiso de los fieles.
17 de julio de 2025
La Tirana

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Con una mañana cargada de emoción, fe y recogimiento, los peregrinos se congregaron una vez más en el Santuario para participar en una de las últimas jornadas de la fiesta de La Tirana. La celebración comenzó a las 09:00 horas con la Santa Misa, presidida por el obispo de Iquique, hermano Isauro Covili Linfati, y concelebrada por el arzobispo de Antofagasta, Mons. Ignacio Ducasse, el padre Eduardo Parraguez, además de otros sacerdotes y diáconos.
En su homilía, el obispo Covili agradeció la presencia fraterna del arzobispo Ducasse y reflexionó sobre el sentido profundo de los días vividos en la fiesta. “Esto no es solamente una experiencia personal o muy local; cada Eucaristía nos vincula al misterio de Dios y al misterio de la Iglesia como Cuerpo suyo y sacramento de salvación en medio del mundo”, expresó.
Inspirado en el Evangelio del día, el pastor diocesano destacó el papel de los sencillos y humildes en la acogida del Reino de Dios “Te alabo Padre, porque la Buena Noticia del Reino la haces llegar a los pequeños. Son ellos quienes se abren a la novedad del Evangelio, se dejan sorprender y transforman su vida desde la comunidad cristiana.”
También hizo un llamado a continuar viviendo lo experimentado en la fiesta con coherencia evangélica: “Así como estas cintas son la extensión del manto de la Virgen, el regreso a casa debe ser una continuación de lo que hemos celebrado. Que nuestras vidas sean reflejo de lo que creemos, no sólo en palabras, sino con obras visibles de fe.”
Finalizada la Eucaristía, y tras la bendición final, se dio paso a la procesión por las calles aledañas del santuario. Las imágenes de San José, Jesús Nazareno y la Virgen del Carmen de La Tirana fueron acompañadas por gran cantidad de peregrinos y sociedades religiosas que expresaron su devoción con oraciones, cantos y bailes.
Alrededor de las 13:00 horas, la procesión regresó al santuario. San José fue el primero en ingresar a la explanada, seguido por Jesús Nazareno. Finalmente, hizo su entrada la Chinita del Carmen, ovacionada por la multitud que la acompañó con pañuelos, palmas y cantos.
El momento culminante de la jornada fue la emotiva subida de la imagen de la Virgen al camarín, marcando el cierre simbólico de la festividad. Cintas de colores —símbolo del manto protector de la Virgen— fueron distribuidas por todo el santuario, mientras se entonaba el himno nacional y la imagen ascendía lentamente, entre lágrimas, cantos y oración.
Con los acordes de la banda oficial y el fervor intacto, los peregrinos comenzaron a despedirse, sabiendo que la Virgen los seguirá acompañando en el retorno a sus hogares. En palabras del obispo Covili: “El Espíritu Santo seguirá fecundando lo que hemos vivido en estos días de fiesta. Volvamos con el compromiso de vivir con un corazón sencillo, abierto y resistente, para seguir siendo Iglesia viva en cada comunidad.”
Así, entre cantos y esperanza, La Tirana comienza a volver al silencio… hasta el próximo año.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique