La celebración comenzó con la entrada del equipo pastoral, eucaristía y cantos de caporales, marcando el inicio espiritual de una de las festividades religiosas más importantes del norte de Chile.
5 de agosto de 2025
Tarapacá

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En la noche del lunes 4 de agosto, la comunidad de Tarapacá vivió con profunda alegría y devoción el inicio oficial de la Fiesta Patronal en honor a San Lorenzo, mártir y patrono del pueblo. Las actividades comenzaron a las 19:00 horas con la incensación de las cruces decoradas por los fieles, ubicadas en la Cruz del Calvario y el atrio del templo parroquial.
A las 21:30 horas se dio paso a la tradicional entrada del equipo pastoral, encabezada por el obispo de la Diócesis de Iquique, hermano Isauro Covili Linfati. Desde la Cruz del Calvario se inició una solemne procesión junto a las sociedades religiosas, la Diablada Devotos de San Lorenzo, grupos de servicio de la fiesta, diáconos, sacerdotes y una multitud de fieles, quienes avanzaron al ritmo de la banda de bronce hasta las puertas del templo parroquial.
Al llegar, el obispo incensó el umbral del templo y, en un gesto simbólico, golpeó las puertas. Al abrirse, se escucharon vítores y cantos, señal inequívoca de que la fiesta había comenzado.
Dentro del templo, se celebró la Eucaristía, presidida por el obispo Isauro Covili, y concelebrada por el padre Benito Tapia Espinoza, párroco, y el padre Wilson Cuello Barraza, vicario parroquial, acompañados por diáconos.
Durante la homilía, el pastor diocesano destacó el valor de la alegría como fruto de la fe y expresión profunda del alma renovada. “La alegría de San Lorenzo inspira y sostiene el peregrinaje de cada uno. Contemplando su vida entregada, somos llamados también a donar la nuestra con generosidad, descentrándonos de nosotros mismos para orientarnos hacia Dios y el prójimo”, expresó.
Asimismo, subrayó que esta fiesta es una oportunidad de conversión y esperanza para todos quienes peregrinan hasta este santuario. “San Lorenzo, con su vida de servicio y martirio, nos muestra que cuando nos reservamos y no nos entregamos, nos alejamos de la voluntad de Dios. Pero si contemplamos su ejemplo y miramos el corazón, podemos reorientar nuestra vida”, agregó.
Antes de concluir la misa, el padre Benito agradeció a todos los voluntarios y servidores de la fiesta, valorando su compromiso desinteresado: “Gracias por hacer que esta fiesta sea tan bella, por su entrega silenciosa y generosa”.
Al finalizar la Eucaristía, los Caporales ofrecieron su canto, abriendo paso a las tradicionales entradas de los bailes religiosos.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














