Peregrinación y Eucaristía marcaron una jornada de esperanza y fraternidad en el marco del Año Jubilar de la Esperanza.
7 de septiembre de 2025
Iquique

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La mañana del domingo 7 de septiembre, la comunidad diocesana se reunió para celebrar el Jubileo de los Migrantes, una instancia que congregó a fieles, comunidades extranjeras y diversas instituciones que acompañan a personas en situación de movilidad humana.
La jornada comenzó a las 10:00 horas en la Plaza de Tribunales de Iquique, donde alrededor de 40 personas se congregaron en un ambiente de oración y alabanzas. Durante este momento inicial, se expresó gratitud a las instituciones que acogen y apoyan a los migrantes en la región. Desde allí, representantes de cada comunidad cargaron una cruz, símbolo de esperanza, dando inicio a la peregrinación hacia el Templo Catedral, que fue acompañada por cantos y momentos de reflexión.
Al llegar a la puerta de la Catedral, el padre Javier Sáez dirigió una oración en la que se pidió perdón por las veces que no se ha sabido acoger ni valorar a los hermanos migrantes y refugiados. Enseguida, golpeó la puerta tres veces, gesto que dio paso a la procesión de entrada encabezada por el padre Vicente Tají, quien portaba la cruz, mientras los fieles ingresaban al templo jubilar.
La Eucaristía, presidida por el padre Javier Sáez y concelebrada por el padre Vicente Tají y el padre Gabriel Alburquenque, contó también con la participación de los diáconos Milton Jorquera e Ibar Escobar. Durante la liturgia, las lecturas fueron proclamadas por representantes de distintos países, reflejando la diversidad cultural de la comunidad presente.
En su homilía, el padre Javier invitó a reflexionar sobre el significado del seguimiento de Cristo, vinculándolo a la experiencia de los migrantes: “El migrante es imagen de Cristo peregrino. Muchos han cargado su cruz dejando su tierra, familia y raíces en busca de un lugar donde vivir con seguridad, paz y esperanza. No podemos permanecer indiferentes ante sus sufrimientos. Jesús nos llama a cargar la cruz del otro, acoger, acompañar y ser una Iglesia sin fronteras”, expresó.
El momento de ofrendas fue especialmente significativo, con una familia de origen palestino presentando el pan y el vino, mientras diversas colectividades entregaban banderas y símbolos representativos de sus países y devociones.
La celebración concluyó con la bendición solemne, en la que se recordó el llamado a ser una Iglesia que camina junto a quienes se encuentran en búsqueda de una vida mejor, acogiendo con misericordia y fraternidad.
Este Jubileo se enmarca en el Año Santo de la Esperanza, con el lema “Peregrinos de Esperanza”, recordando que todos estamos en camino y llamados a renovar la fe y la solidaridad.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique