Cerca de 200 fieles participaron en la procesión, signos litúrgicos y la Eucaristía presidida por el obispo Isauro Covili, reafirmando el llamado a vivir la esperanza y la santidad en la vida cotidiana.
15 de noviembre de 2025
Alto Hospicio

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La tarde de este sábado, el Decanato Alto Hospicio vivió con alegría y esperanza la celebración de su Jubileo en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús. La jornada reunió a cerca de 200 personas —entre fieles, religiosas, religiosos y agentes pastorales— quienes se congregaron desde las 16:00 horas en la plaza Villa Las Américas para dar inicio al encuentro.
La celebración comenzó con cantos y alabanzas que prepararon el ánimo comunitario. Luego, se realizó un significativo momento de oración, en el cual se invitó a los asistentes a trazar una cruz en el suelo, gesto que dio paso al inicio de la procesión hacia el templo jubilar, la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
Al llegar a las puertas del templo, la asamblea participó en un acto penitencial, donde cada persona fue invitada a marcar con la cruz la frente de su hermano o hermana, como signo de comunión y camino compartido. Posteriormente, se llevó a cabo la bendición del agua, recordando que, al recibirla, “somos hijos e hijas de Dios y queremos caminar siempre con el Señor”. Los fieles fueron asperjados antes de que la procesión continuara con el tradicional golpe a las puertas del templo, que se abrieron para permitir el ingreso de la cruz procesional, mientras la comunidad entonaba con solemnidad el Himno del Gloria.
La Eucaristía fue presidida por el obispo de Iquique, hermano Isauro Covili Linfati, y concelebrada por el padre Carlos Inarejo, decano de Alto Hospicio, y el padre Martín Koroiciri, párroco, junto a sacerdotes y diáconos del decanato.
Durante la homilía, el obispo Covili invitó a la comunidad a comprenderse como peregrinos de esperanza, virtud teologal que —afirmó— tiene su fuente en Jesús mismo. “A veces buscamos mediaciones para enfrentar nuestros temores o miedos… leemos la mano, vemos el tarot, invocamos espíritus. Pero no siempre vamos a Jesús; confiamos más en estas cosas”, expresó.
Recordando las palabras del Evangelio, señaló que “en la constancia está la salvación” y que este Año Jubilar, ya próximo a concluir, ha sido un tiempo para crecer en santidad. “La santidad no depende de los fenómenos que contemplamos: guerras, marginación, narcotráfico o corrupción. La santidad se sostiene en nuestra relación con el Dios santo”, afirmó.
Agregó que esta vocación “implica compromiso con la historia, con lo sencillo y especialmente con los pobres, porque los pobres son los preferidos de Dios”.
El pastor diocesano invitó también a la comunidad a leer la carta Dilexi Te, señalando que “es una carta hermosa que todos estamos llamados a conocer; como agentes pastorales tenemos la obligación de leerla. El camino de la Iglesia es Jesús, y no tiene otro camino”.
En el momento de las ofrendas, una familia llevó a altar el pan y el vino, mientras que las Hermanas Hijas de la Caridad presentaron las banderas de los países de origen de los hermanos y hermanas migrantes, signo de la unidad y diversidad presente en la vida comunitaria del decanato.
Antes de la bendición final, se dio lectura al mensaje conclusivo de la 132ª Asamblea Plenaria, dirigido “al Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad”, haciendo un llamado a enfrentar los desafíos actuales “con el deseo de que juntos seamos signo de esperanza”.
Finalmente, la asamblea concluyó la celebración rezando la Oración del Jubileo, que ha acompañado a las comunidades diocesanas durante este año de gracia.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














