En una eucaristía colmada de fieles, el obispo de Iquique llamó a vivir una espiritualidad auténtica, contemplativa y misionera, invitando a pasar de la conservación a una nueva evangelización con rostro de Cristo.
18 de junio de 2025
Pozo Almonte

MÁS NOTICIAS
La tarde del miércoles 18 de junio, la comunidad parroquial de San José de Pozo Almonte se congregó para celebrar la Eucaristía por el tercer aniversario de la consagración episcopal de Mons. Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique. En un templo colmado de fieles, con más de 150 personas entre laicos, religiosas, religiosos, diáconos y sacerdotes, se vivió una jornada de profunda comunión y gratitud.
La misa fue presidida por el hermano Isauro Covili y concelebrada por el padre Benito Tapia Espinoza, vicario general de la Diócesis, y el padre Cristian Schroeder, párroco de la comunidad, acompañados de otros sacerdotes y diáconos.
Durante la homilía, el obispo reflexionó sobre la riqueza pedagógica de la liturgia, subrayando que esta no puede estar desconectada de la vida cotidiana: “La historia de la salvación es también nuestra historia concreta, el lugar desde donde Dios nos salva por pura misericordia”, expresó.
Inspirado en el Evangelio del día, habló sobre las tres prácticas judías de piedad —limosna, oración y ayuno— destacando que, vividas con autenticidad, son también actos de justicia. “No se trata de orar o dar limosna para aparentar, sino de actuar con coherencia, con un corazón sincero que busca a Dios incluso en los lugares donde nadie lo busca”, señaló.
Nuestro pastor también hizo un llamado a revitalizar la vida espiritual de las comunidades: “Los invito a cultivar la vida de oración, la vida eucarística y la adoración ante el Santísimo Sacramento como una expresión concreta de discipulado”, dijo, animando a los presentes a ser comunidades contemplativas en un mundo marcado por la prisa y la dispersión.
Hacia el final, el obispo resaltó la necesidad de una Iglesia misionera, en salida, que se haga presente especialmente junto a los más pobres y olvidados. “No basta con hacer el bien: hay que mostrar que el bien tiene un rostro, y ese rostro es Jesucristo”, afirmó. Y agregó: “Pasemos de una evangelización de conservación a una nueva evangelización que anuncie con alegría a Jesucristo. Seamos Iglesia sencilla, fraterna, sinodal y esperanzadora”.
Antes de la bendición final, Mons. Isauro expresó su agradecimiento por el cariño recibido y por la calidez con que la comunidad de Pozo Almonte acogió esta celebración.
Galería de fotos:
Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique