En una liturgia profundamente participativa, presidida por el obispo Isauro Covili, los confirmandos expresaron su deseo de seguir a Cristo y testimoniar su fe, mientras la comunidad acompañó con cercanía este paso significativo que los impulsa a fortalecer su vida espiritual y su compromiso con la misión de la Iglesia.
6 de diciembre de 2025
Iquique

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En un ambiente de profunda alegría y oración comunitaria, la tarde del sábado 6 de diciembre se celebró en el Santuario Sagrado Corazón de Jesús la eucaristía en la que cerca de 45 jóvenes y adultos recibieron el sacramento de la Confirmación, acompañados por sus familias y amigos que colmaron el templo.
La celebración fue presidida por el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique, y concelebrada por el padre Pedro Pablo Cuello. Tras la proclamación del Evangelio, cada catequista presentó a su grupo de confirmandos ante el obispo, mientras estos se ponían de pie respondiendo con la frase: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”, gesto que manifestó públicamente su deseo de asumir con libertad y convicción el compromiso cristiano.
En su predicación, el obispo Covili profundizó en el significado espiritual del sacramento, subrayando que “cuando uno se confirma, se vuelve a resignificar el acto creacional de Dios; vuelve a recuperarse y embellecerse esa imagen única con la que el Señor nos creó”. Señaló además que quienes hoy confirman su fe “están dispuestos a testimoniar esa verdad, porque la vida humana es reflejo de la belleza de Dios, una dimensión de profunda fe y humanidad que debemos recuperar”.
El obispo invitó a los presentes a cultivar una vida bella y construir espacios y hogares marcados por esa belleza, fortaleciendo las relaciones humanas y la vida comunitaria. Agregó que el Espíritu Santo es quien concede el discernimiento necesario para vivir la síntesis fundamental del Evangelio: amar a Dios y al prójimo.
“Creer en este Dios uno y trino tiene que ver con construir una buena vida comunitaria. La verdadera acción del Espíritu Santo nos abre al compromiso con la sociedad de hoy; no nos deja encerrados, sino que nos impulsa a seguir a Jesús”.
Tras la homilía, se realizó el rito de la imposición de manos, momento en que el obispo pidió a Dios que consagrara a los confirmandos como “piedras vivas de la Iglesia”. Luego, cada joven y adulto se acercó al altar para ser ungido con el santo crisma, recibiendo así el don del Espíritu Santo en un ambiente de profunda emoción y recogimiento.
Antes de la bendición final, una joven del grupo dirigió unas palabras de agradecimiento, destacando el proceso formativo vivido y expresando su gratitud a la coordinación y a los monitores que acompañaron su camino de preparación.
La comunidad valoró este momento como un hito importante en la vida de fe de los nuevos confirmados, que hoy asumen el compromiso de seguir creciendo y sirviendo.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














