Más de 60 personas participaron en la Eucaristía presidida por el obispo de Iquique, en una jornada marcada por la oración, el recuerdo de los difuntos y el llamado a vivir la santidad en la vida cotidiana.
1 de noviembre de 2025
Iquique

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Al mediodía del sábado 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, se celebró la Santa Eucaristía en el Cementerio Nº3 de Iquique. La misa fue presidida por el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique, y concelebrada por el hermano Julio Campos, OFM.
Más de 60 fieles se reunieron en torno al altar, iniciando la celebración con la lectura de las intenciones por los enfermos y por el descanso eterno de los difuntos.
Mientras tanto, el camposanto vivía una intensa actividad: cientos de personas acudieron durante la jornada para visitar las tumbas de sus familiares y seres queridos. Con respeto y devoción, los visitantes limpiaban los nichos, colocaban flores y ofrendas, y adornaban los espacios con gestos de cariño y memoria.
Durante su homilía, el obispo Covili recordó el sentido profundo de la festividad: “Podemos decir que nosotros no le aportamos absolutamente nada a los santos, como tampoco a Dios ni a la Virgen María. Esta fiesta de Todos los Santos entra en esa comunión porque los que necesitamos de ellos somos nosotros, para que sostengan nuestro caminar, nuestra esperanza y fidelidad al Evangelio”.
El pastor diocesano destacó además que la santidad tiene un rostro comunitario: “No solo cada uno participa de la santidad de Dios por el bautismo, sino toda la Iglesia, porque Dios es santo. Estamos invitados a ser signo de esa santidad. A veces pensamos que la santidad es algo excepcional, pero no es solo para algunos: es propia del pueblo de Dios. El más bello estatuto que tenemos es ser hijos de Dios”.
Finalmente, invitó a los fieles a vivir el espíritu de las Bienaventuranzas como camino cotidiano de fe: “Para ser santos no hay que hacer grandes cosas, sino vivir el Evangelio, tener a Jesús en el centro. Que el texto de las Bienaventuranzas nos ayude a caminar como Iglesia, viviendo en comunidad, anunciando el Reino y a Jesús; que los santos que vivieron eso nos ayuden a nosotros”.
La celebración concluyó con un ambiente de recogimiento y esperanza, en medio del fervor popular que cada año llena los cementerios de la ciudad en esta significativa jornada de fe.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














