Más de 400 de fieles, agentes pastorales, religiosos y laicos se reunieron en el Colegio Diocesano Obispo Labbé de Iquique para reflexionar y discernir juntos el camino sinodal de la Iglesia local, en una jornada marcada por la oración, la fraternidad y el compromiso misionero.
8 de noviembre de 2025
Iquique

MÁS NOTICIAS
La mañana del sábado 8 de noviembre, en dependencias del Liceo Bicentenario Colegio Diocesano Obispo Labbé de Iquique, se desarrolló la Segunda Asamblea Sinodal Diocesana, con más de 400 asistentes, bajo el lema “Llamados por el Señor, a ser una Iglesia sinodal, evangelizadora y misionera”.
Desde muy temprano, cerca de las 08:00 horas, comenzaron a llegar los participantes provenientes de las comunidades de la Diócesis, incluyendo hermanos y hermanas del interior, de Alto Hospicio y de distintos sectores de Tarapacá. Mientras tanto, la agrupación Sisa Wara animó la acogida con sus cantos, generando un ambiente fraterno y alegre que marcó el inicio del encuentro.
El padre Benito Tapia Espinoza, vicario general de la Diócesis, dio la bienvenida destacando la alegría de reencontrarse como Iglesia diocesana: “Estamos celebrando este día como una fiesta. Nadie sobra en la Iglesia, todos tenemos un lugar y un servicio que realizar. El Espíritu Santo nos convoca a dialogar y profundizar en los aspectos que fortalecen nuestra vida y servicio como Iglesia diocesana”.
Posteriormente, se dio inicio al momento de oración, donde se invocó al Espíritu Santo mientras ingresaba por el pasillo central el cirio pascual, símbolo de la presencia viva de Cristo.
El presbítero Javier Sáez Gallardo, vicario pastoral, guió la oración, invitando a los presentes a abrirse a la acción del Espíritu y a caminar juntos en comunión y misión. En su invocación pidió: “Envía tu Espíritu Santo sobre nosotros, para que este camino sinodal sea un impulso real de salida misionera hacia quienes más lo necesitan”.
La teóloga Carolina Bacher, de la Academia de Ciencias Religiosas y Filosofía de la Universidad Católica del Norte de Antofagasta, presentó la reflexión central titulada “Responder al llamado de una sinodalidad misionera”, inspirada en la cita bíblica “…Mándame ir a tu encuentro sobre el agua” (Mt 14, 28) .
Durante su exposición, profundizó en los desafíos que enfrenta la Iglesia ante las “tormentas” del tiempo presente —crisis migratoria, violencia, soledad de los adultos mayores y consumo problemático de drogas—, invitando a reconocer los signos de esperanza y los anhelos que Jesús despierta en medio de la vulnerabilidad.
Asimismo, destacó que la misión paradigmática implica poner toda la vida eclesial en clave misionera, donde laicos y laicas son verdaderos sujetos eclesiales llamados a testimoniar la fe en medio del mundo.
Tras la exposición, los participantes se distribuyeron en salas de trabajo para reflexionar en torno al tema “Detenerse a mirar los pasos que hemos dado para salir al encuentro”, abordando las experiencias pastorales con migrantes, adultos mayores, personas en consumo problemático de sustancias y otros hermanos del camino.
Las reflexiones fueron guiadas por preguntas sobre los miedos personales e institucionales que paralizan la acción pastoral, tales como el temor a lo nuevo, la indiferencia, o la falta de recursos tecnológicos .
Este espacio permitió reconocer las luces y sombras de la acción eclesial, identificando gestos concretos de fraternidad: comedores solidarios, visitas domiciliarias, acompañamiento a migrantes y reinserción de privados de libertad.
Después del coffee break, los grupos se reunieron nuevamente en el salón principal para compartir un plenario, donde Carolina Bacher presentó una síntesis de los aportes, destacando la importancia de acompañarse mutuamente en medio de los temores y de reconocer los signos de vida que surgen en la comunidad .
El hermano Isauro Covili Linfati, obispo de Iquique, valoró el trabajo realizado y agradeció a la expositora, entregándole un presente en señal de gratitud por su servicio a la Diócesis.
En el momento final, ingresó por el pasillo central una barca, signo de una Iglesia que deja la orilla de la rutina para lanzarse a las aguas profundas de la misión.
Este símbolo representó el compromiso de ir al encuentro de la juventud en Alto Hospicio, acoger al migrante en la costa y acompañar al adulto mayor en las quebradas.
Durante la lectura del Evangelio, el obispo Covili invitó a todos a reconocerse como parte de una Iglesia viva, formada por hijos e hijas de Dios, llamados a permanecer en la “barca de Jesús”: “Ser Iglesia sinodal implica arriesgarse, salir al encuentro, construir puentes, dialogar y caminar con otros. La fe no puede quedarse en la emoción, sino hacerse vida, compromiso y transformación”.
Antes de impartir la bendición final, el obispo agradeció al Colegio Diocesano Obispo Labbé por su hospitalidad y al equipo de Formación Diocesana por la organización del encuentro, destacando que el proceso sinodal no termina aquí, sino que “continúa en los consejos pastorales, catequesis y comunidades parroquiales”.
Galería de fotos:
Transmisión en vivo 01:
Transmisión en vivo 02:
Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














