En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, cientos de fieles colmaron el templo catedral para participar de la Eucaristía presidida por el obispo Isauro Covili Linfati, quien invitó a renovar el “sí” a Dios y a vivir la belleza y esperanza que brotan de la vida cristiana en este Año Jubilar.
8 de diciembre de 2025
Iquique

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En un ambiente de profunda devoción y alegría comunitaria, la tarde del lunes 8 de diciembre —solemnidad de la Inmaculada Concepción— el templo catedral de Iquique reunió a los decanatos Iquique Norte y Sur para celebrar el cierre del Mes de María. La Catedral, completamente colmada de fieles, se transformó en un espacio de gratitud y alabanza para honrar a la Madre del Señor en el final del mes dedicado a ella.
La Eucaristía fue presidida por el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique, y concelebrada por el padre Benito Tapia Espinoza, vicario general, y el padre Javier Sáez Gallardo, vicario pastoral. También participaron otros sacerdotes y diáconos de ambos decanatos.
Durante su homilía, el obispo Covili invitó a la asamblea a contemplar la esperanza y la virtud que brotan de la solemnidad de la Inmaculada, destacando que este año jubilar permite profundizar aún más en la figura de María, “la llena de gracia, la mujer traspasada por Dios”.
El pastor diocesano recordó que aquello que la Iglesia reconoce en María también se refleja en la vida cristiana de cada bautizado: “Cada uno de nosotros, por el bautismo, estamos llenos de gracia. Cada vez que celebramos la Inmaculada, celebramos la vida del Pueblo de Dios y de la Iglesia”.
Asimismo, subrayó que Dios es la fuente de toda belleza y bondad, y que en la vida bautismal “la criatura vuelve a recuperar la belleza” que proviene del mismo Señor. En este sentido, animó a los fieles a dejarse transformar por esta fiesta para cultivar la belleza, la justicia y los atributos propios de la vida cristiana.
Refiriéndose al sí de María, el obispo expresó que este brota de su profunda humildad y libertad, y que su acogida al plan de Dios ilumina también el camino de cada creyente: “Pensemos en nuestro ‘sí’ respecto a Dios. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. Ese ‘sí’ se renueva hoy, y es donde la humanidad queda afectada por la acción redentora de Jesús”.
Invitó además a la comunidad a renovar ese sí personal y comunitario, especialmente en este tiempo sinodal que llama a caminar, celebrar y evangelizar juntos.
Antes de la bendición final, la asamblea entonó el himno de la ciudad de Iquique, poniendo bajo el amparo de la Madre Inmaculada a toda la comunidad y la vida pastoral de la Diócesis.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














