Con peregrinación, eucaristía y renovación de compromisos, la comunidad diocesana expresó gratitud y esperanza junto a las y los consagrados, en un día marcado por la fe y la comunión.
15 de agosto de 2025
Iquique

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En un ambiente de fe y gratitud, la Iglesia de Iquique vivió este viernes 15 de julio la celebración del Jubileo de la Vida Consagrada, solemnidad de la Asunción de la Virgen María. La jornada comenzó a las 10:00 horas con una peregrinación que reunió a fieles, religiosas y religiosos en la intersección de las calles Sotomayor con Ramírez, desde donde caminaron hasta la Catedral de Iquique, templo jubilar.
Al llegar al templo, las puertas jubilares fueron abiertas en un gesto de acogida y gracia, dando paso a la celebración eucarística presidida por el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique, y concelebrada por el padre Benito Tapia Espinoza, vicario general, y el padre Luis Flores, junto a otros sacerdotes y diáconos.
En su homilía, Mons. Covili invitó a contemplar a María como signo de esperanza y triunfo de la vida sobre la muerte, recordando que “esta mujer es expresión no solo de María, sino de la Iglesia y de toda la humanidad doliente que camina traspasada por la esperanza de la vida definitiva y gloriosa”. También llamó a la vida religiosa a vivir con alegría, haciendo memoria agradecida del pasado, viviendo con pasión el presente y mirando con esperanza el futuro, aun en medio de los desafíos vocacionales.
“La vida religiosa es profecía. Está llamada a anunciar, con pobreza, castidad y obediencia, los cielos nuevos y la tierra nueva prometidos por Jesús resucitado”, expresó el obispo.
Tras la homilía, cada consagrado y consagrada renovó su compromiso con Cristo, simbolizado con el encendido de un cirio, signo de la luz de la fe y de la misión que ilumina en medio del mundo.
Antes de la bendición final, la hermana Brígida, en representación de CONFERRE Iquique, agradeció al obispo, a las congregaciones presentes, al equipo de comunicaciones de la Diócesis, al coro y a todas las personas que colaboraron para hacer posible esta celebración. Destacó el esfuerzo de quienes viajaron desde distintas localidades y la alegría de compartir este momento como Iglesia diocesana.
La jornada concluyó con un aplauso de toda la asamblea, signo de comunión y gratitud por la vocación y servicio de las y los consagrados en la Diócesis de Iquique.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














