En una eucaristía marcada por la oración, el fervor y la presencia fraterna de la comunidad, el obispo Isauro Covili Linfati invitó a los confirmados a vivir una fe sólida y comprometida, recordando que el Espíritu Santo sostiene la vida cristiana a través de la oración, la escucha de la Palabra y la formación continua.
30 de noviembre de 2025
Iquique

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La tarde del domingo 30 de noviembre, la comunidad de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro se reunió para celebrar con profunda alegría el Sacramento de la Confirmación, en una eucaristía marcada por la oración, el fervor y la presencia fraterna de familias y amigos que repletaron el templo.
En esta ocasión, 33 hermanos y hermanas recibieron el don del Espíritu Santo, manifestando públicamente su deseo de seguir a Jesucristo y renovar la fe que los une a la Iglesia.
La celebración fue presidida por el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique, y concelebrada por el padre Benito Tapia Espinoza, párroco, junto al padre Wilson Cuello Barraza, vicario parroquial. Acompañó también el diácono Claudio Fuentealba.
Durante su homilía, el obispo Covili profundizó en el sentido espiritual de la Confirmación, tomando como punto de partida la carta apostólica Dilexi Te. Señaló que “es fácil decir: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad, pero difícil vivirlo. Toda esta expresión cabe en este dilexi te (yo te he amado). Van a experimentar en su vida esto mismo: yo te he amado”.
Explicó que esta expresión “tiene un contenido profundamente teologal y humanizador, donde cada uno se experimenta amado por el Señor”. Añadió que tanto quienes se confirman como sus padrinos y testigos necesitan esta experiencia vital del amor de Dios que sostiene y acompaña la vida de fe.
En este contexto, el obispo propuso tres imágenes para la vida cristiana: el “reclinatorio”, como símbolo de vivir cada día de rodillas ante el misterio de Dios y en humildad frente a los demás; el “ambón”, lugar del encuentro con la Palabra que invita a creer en el Evangelio y anunciarlo; y el “escritorio”, espacio para estudiar, reflexionar, formarse y cultivar una fe sólida que permita crecer en la vida espiritual. Señaló que “los santos tuvieron un buen reclinatorio, un buen ambón y un buen escritorio”, recordando que gracias al Espíritu Santo es posible sostener una vida de oración, misión y formación continua.
Posteriormente, se vivió el momento central del rito. El obispo pidió a Dios que enviara el Espíritu Santo sobre cada uno de los confirmandos y realizó la imposición de manos, gesto que recuerda a los apóstoles y expresa la fuerza de los dones que consagran y fortalecen a los hijos de la Iglesia.
Luego, llegó el momento culminante: el obispo marcó a cada hermano con el santo crisma, trazando el signo de la cruz para significar que pertenecen al Señor. “Ser crismado significa ser otro Cristo”.
La celebración concluyó con un profundo ambiente de gratitud y alegría, donde la comunidad parroquial acompañó a los nuevos confirmados, animándolos a seguir creciendo en la fe y en el servicio a la Iglesia.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














