Con alegría y emoción, la Iglesia de Iquique celebró la primera eucaristía del nuevo presbítero, acompañado de su comunidad, familia y hermanos sacerdotes.
5 de julio de 2025
Iquique

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El sábado 5 de julio, en el templo Catedral de Iquique, el padre Gabriel Alburquenque Medina presidió por primera vez la santa misa, tras ser ordenado sacerdote junto a sus hermanos Gustavo Marrupe, Sebastián Encalada y Roberto Palma. Esta significativa celebración fue concelebrada por varios sacerdotes y acompañada por diáconos de la Diócesis, y contó con la presencia de fieles, familiares y miembros de su comunidad de origen.
Durante la homilía, el vicario pastoral de la Diócesis, padre Javier Sáez, destacó el profundo significado de este momento, señalando: “Por primera vez este hijo de la Iglesia preside la eucaristía. Querido hermano Gabriel, tú has respondido a esta necesidad y has dicho que sí, no porque seas el más capacitado, sino porque Dios te ha mirado con amor y te ha llamado”.
En un mensaje cargado de esperanza y responsabilidad pastoral, el vicario agregó: “Hoy necesitamos sacerdotes que no prediquen solo con palabras, sino con la vida misma. Tu presencia en este altar es respuesta a una urgencia de Dios, pero nunca olvides que eres un enviado: el protagonista siempre debe ser el Señor”.
También compartió tres consejos nacidos de la experiencia: no perder la alegría del llamado, abrazar la cruz como fuente de vida eterna, y permanecer cerca del pueblo, “no desde arriba, sino como uno más”.
Al momento del ofertorio, los padres del padre Gabriel presentaron el pan y el vino, signo de entrega familiar y consagración al servicio de Dios.
En un emotivo gesto posterior, el obispo diocesano, Mons. Isauro Covili Linfati, entregó el manutergio a la madre del nuevo sacerdote —paño utilizado durante su ordenación— como testimonio del don ofrecido a la Iglesia: “Cuando el Señor les pregunte qué ofrecieron, podrán decir: a su hijo, al servicio del Señor”.
El padre Gabriel, visiblemente emocionado, tomó la palabra para agradecer: “Lo que siento es indescriptible… Gracias a Dios por llamarme a este camino, gracias a María, porque sin ella jamás habría conocido a Jesucristo. Aquí me bauticé, aquí crecí, aquí vuelvo como sacerdote”.
Dirigiéndose a los jóvenes presentes, los animó con firmeza: “No tengan miedo de decirle sí al Señor. Es maravilloso. Algunos serán llamados al sacerdocio, otros a la vida religiosa. Hablen con sus párrocos, déjense acompañar. Esta misión es de todos. Oren por mí, por nosotros, por todos los sacerdotes”.
Un integrante de su comunidad parroquial también compartió palabras de gratitud y reconocimiento: “Gracias, padre Gabriel, por dejarte moldear y formarnos con alegría y paciencia. Has sido más que un guía. Que la Virgen María te cubra con su manto. Cuenta con nuestras oraciones y nuestro compromiso de caminar juntos en la fe”.
Durante la ceremonia, se le hizo entrega de una casulla como signo del inicio de su ministerio, y junto a su madre ofreció un arreglo floral a la Virgen María, mientras que con su padre presentó una vela encendida a San José, pidiéndole: “Guía siempre al padre Gabriel en su camino”.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














