Durante la vigilia y la Misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes, los participantes experimentaron momentos de profunda adoración, fraternidad y envío misionero. El Santo Padre los exhortó a ser testigos de Cristo en un mundo necesitado de verdad y esperanza.
5 de agosto de 2025
Roma

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Durante los días 2 y 3 de agosto, más de un millón de jóvenes participaron con profunda fe en la vigilia y la misa de clausura del Jubileo de los Jóvenes, instancia culminante de una experiencia marcada por la adoración, la reflexión y el envío misionero.
La jornada del sábado comenzó con una emotiva vigilia, en la que los jóvenes tuvieron la oportunidad de vivir un momento de íntima adoración al Santísimo Sacramento, guiada por el Santo Padre. En un ambiente de oración y recogimiento, miles de velas iluminaron el lugar, dando paso a un silencio lleno de sentido y presencia de Dios.
Finalizada la adoración, y luego de compartir cantos y momentos fraternos, los peregrinos descansaron en el mismo lugar para dar paso, al amanecer, a la Eucaristía de clausura. En su homilía, el Papa Francisco hizo un llamado claro a los jóvenes del mundo: “Están necesitados de una vida en la verdad, alejada de los algoritmos que intentan cambiar los valores cristianos. Esos algoritmos nos quieren inculcar qué pensar, qué decir, qué obrar. Nuestra esperanza está solo en Jesucristo”.
El Santo Padre también los invitó a prepararse para la próxima gran cita juvenil de la Iglesia: la Jornada Mundial de la Juventud en Seúl, Corea, animándolos a ser discípulos misioneros en todos los rincones del mundo.
Este lunes 4 de agosto, los peregrinos comenzaron a retornar a sus hogares con el corazón lleno de Dios y con una clara misión encomendada por la Iglesia: ser testigos de la esperanza en medio del mundo, especialmente donde más se necesita.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique










