En conferencia de prensa realizada en el Obispado de Iquique, autoridades eclesiales y la Comisión de Restauración informaron los avances y la finalización del trabajo realizado a la histórica imagen, anunciando que su retorno será celebrado como una gran fiesta de fe, oración y alegría junto al pueblo peregrino.
30 de diciembre de 2025
Iquique

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La mañana del martes 30 de diciembre, en dependencias del Obispado de Iquique, se realizó una conferencia de prensa para dar a conocer los avances y la finalización del proceso de conservación y restauración de la imagen venerada de la Virgen del Carmen de La Tirana.
En la instancia participaron el hermano Isauro Covili Linfati, obispo de la Diócesis de Iquique; el padre Eduardo Parraguez Fernández, rector del Santuario de La Tirana; y Karla Aguilera Mondaca, presidenta de la Comisión de Restauración y Conservación de la imagen.
En sus palabras iniciales, el obispo Isauro Covili destacó la importancia pastoral, cultural y espiritual de este proceso, señalando que la restauración ha sido una oportunidad para profundizar en el sentido de la fe y de la devoción mariana. Indicó que María, desde el misterio de la Encarnación, está presente en la vida de los pueblos y culturas, y que su figura convoca a conocer y seguir más profundamente a Jesucristo. En ese contexto, subrayó que la imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana, venerada por miles de peregrinos, también vive procesos que reflejan la experiencia humana: “así como las personas necesitamos tiempos de restauración, de silencio y de renovación, también las imágenes requieren estos cuidados”.
El obispo explicó que se trata de una talla de madera que data de fines del siglo XVII o comienzos del XVIII, la cual necesitaba un proceso especializado de restauración, vivido como un tiempo de gracia que permitió resignificar la presencia de María en la vida del pueblo creyente. Asimismo, valoró el trabajo conjunto de las distintas personas e instituciones que han participado, destacando que este camino ha sido fecundo y bendecido.
Posteriormente, Karla Aguilera explicó en detalle el proceso técnico desarrollado por la Comisión de Restauración. Señaló que el trabajo comenzó en el mes de mayo, con un diagnóstico especializado que permitió identificar el estado de conservación de la imagen, especialmente en aspectos como la policromía, estructura y pequeñas fracturas. Tras la fiesta de julio, se dio inicio formal a la etapa de restauración, realizada por el taller “Todos Santos” de Lima, el cual trabajó directamente en dependencias del santuario, adecuadas especialmente como taller.
Durante estos meses se efectuaron labores de limpieza mecánica, revisión estructural, tratamiento de policromías, dorados y consolidación de materiales, junto con un proceso de documentación técnica que dejará un valioso registro escrito, algo poco habitual en la tradición del norte grande, marcada principalmente por la transmisión oral. Aguilera destacó que el trabajo ha respetado profundamente la esencia de la imagen, su rostro y su expresión, conservando aquello que genera cercanía y devoción en los fieles.
Asimismo, explicó que el proceso ha sido integral, incluyendo la conservación de las coronas regaladas por los bailes religiosos con ocasión de la coronación por el Papa Francisco, así como el refuerzo de la base que sostiene la imagen para darle mayor seguridad. También se ha trabajado en la formación de camareras y centinelas, incorporando nuevas prácticas para el cuidado, manipulación y vestimenta de la imagen, de modo de asegurar su adecuada preservación en el tiempo.
Finalmente, el padre Eduardo Parraguez agradeció a todas las personas e instituciones que han sido parte de este proceso: la comisión de restauración, la comunidad cristiana, los centinelas y camareras, la Federación de Bailes Religiosos, el Museo de la Vivencia Religiosa, los bailes chinos, los peregrinos y fieles que han acompañado con su oración, así como al taller restaurador, reconocido por su trabajo en diversas partes del Perú y del mundo.
El rector del santuario subrayó que esta restauración ha sido posible gracias a la oración y al compromiso del pueblo peregrino, afirmando que “la Virgen también se dejó restaurar”, como signo de la acción de Dios en medio de su pueblo. Destacó además el valor patrimonial de la imagen, no solo religioso, sino también cultural, material e inmaterial, para la región de Tarapacá y todo el norte grande.
En ese contexto, anunció oficialmente que el sábado 28 de febrero la imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana volverá a su altar, en una jornada que será vivida como una gran fiesta de fe y alegría. Recalcó que la imagen nunca salió del santuario, ya que el proceso de restauración se realizó íntegramente en un espacio especialmente habilitado en su interior. Sin embargo, ese día se celebrará su retorno solemne al altar, con cantos, danza y participación del pueblo peregrino.
“El 28 de febrero la madre vuelve a la casa, vuelve a encontrarse con sus hijos”, expresó el padre Eduardo, invitando a preparar el corazón para esta celebración. El programa oficial de la jornada será dado a conocer a fines del mes de enero, en coordinación con los bailes religiosos y las distintas organizaciones vinculadas al santuario, para vivir una gran fiesta en honor a la Carmelita, como el pueblo del norte sabe hacerlo: con fe, alegría y esperanza.
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Fuente: Comunicaciones Diócesis de Iquique














