top of page

CATEQUESIS DIOCESANA

El objetivo de la catequesis es poner a uno no solo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo; Guiar a la madurez de la fe, formar a los catequistas para que favorezcan encuentros personales y comunitarios con el Señor. 
El nuevo Directorio insiste en la dimensión kerigmática y misionera de la catequesis, asumiendo el estilo y el dinamismo catecumenal, para que ayude a un gradual proceso de conversión. De esta manera se podrá llevar a cabo una seria catequesis de iniciación a la vida cristiana, que tanto necesita nuestra iglesia, como un itinerario pedagógico que lleve al creyente a un encuentro personal con Cristo. 
Aprendiendo a vivir según la fe cristiana y pueda dar testimonio de Él en el mundo actual.

ASESOR DE LA CATEQUESIS DIOCESANA

Diácono Sebastián Encalada Pizarro
Fono: +569 48435053
Mail: sebencal@gmail.com

394514216_773246174798862_3161169869360219709_n.jpg

BAUTISMO

Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa «sumergir», «introducir dentro del agua»; la «inmersión» en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con El (cf Rm 6,3-4; Col 2,12) como «nueva criatura» (2 Co 5,17; Ga 6,15).

Este sacramento es llamado también “baño de regeneración y de renovación espíritu santo” (Tt 3,5), porque significa y realiza ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual «nadie puede entrar en el Reino de Dios» (Jn 3,5).

«Este baño es llamado iluminación porque quienes reciben esta enseñanza (catequética) su espíritu es iluminado…» (S. Justino, Apol. 1,61,12). Habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, «la luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn. 1,9), el bautizado, «tras haber sido iluminado» (Hb. 10,32), se convierte en «hijo de la luz» (1 Ts. 5,5), y en «luz» él mismo (Ef. 5,8):
El Bautismo es el más bello y magnífico de los dones de Dios…lo llamamos don, gracia, unción, iluminación, vestidura de incorruptibilidad, baño de regeneración, sello y todo lo más precioso que hay. Don, porque es conferido a los que no aportan nada; gracia, porque, es dado incluso a culpables; bautismo, porque el pecado es sepultado en el agua; unción, porque es sagrado y real (tales son los que son ungidos); iluminación, porque es luz resplandeciente; vestidura, porque cubre nuestra vergüenza; baño, porque lava; sello, porque nos guarda y es el signo de la soberanía de Dios (S. Gregorio Nacianceno, Or. 40,3-4).

REQUISITOS

Los que solicitan el Bautismo para un niño (sus padres o los que tienen la tuición del niño) han de profesar la fe de la Iglesia y deberán acompañar al recién bautizado en su camino de fe.

El Bautismo de un niño debe ser en lo posible, dentro de las primeras semanas de vida. Para ello se le sugiere acercarse a la Oficina Parroquial para inscribir al niño con los mismos nombres y apellidos que se leen en los documentos civiles. Para ello, se requiere el certificado de nacimiento o la libreta de familia y se le invitará a los Encuentros de Catequesis Bautismal.

El Código de Derecho Canónico que rige a la Iglesia Latina, nos habla del “Padrino” o de los “Padrinos” únicamente en relación a los sacramentos de la Iniciación Cristiana (cfr. canon 842 § 2), a saber: Bautismo, Confirmación y Eucaristía. La función propia del padrino se encuentra en el canon 872, indicando que es una función de asistencia en la iniciación cristiana del adulto que se bautiza; en el caso que sea un infante quien recibe el bautismo tiene la función de presentarlo juntamente con sus padres, y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo.

Todo el que va a ser bautizado debe contar con, al menos, un padrino. Para ser padrino es necesario que haya sido elegido por los padres del niño o por quienes ocupen su lugar. Debe tener sobre los 16 años, ser católico, haya recibido la primera comunión y lleve una vida congruente con la fe y la misión que va asumir. En caso de no estar confirmado, deberá hablar con el Párroco, lo mismo en el caso que no cumpla el requisito de la edad. No puede ser el padre o la madre de quien se va a bautizar. No puede, además estar afectado por una pena canónica legítimamente impuesta y declarada.

Los padrinos en caso de ser casados, deben serlo también por la Iglesia. No podrán ser padrinos los no creyentes, los que pertenecen a alguna secta, divorciados y vueltos a casar, miembros de otra confesión religiosa, y convivientes.

Se podrá admitir como padrino o madrina un hermano o una hermana mayor del niño de menos de 15 años de edad, con tal que haya hecho la primera comunión o se esté preparando para hacerla.

PREPARACIÓN

En la parroquia, existen equipos para realizar la Pastoral Bautismal, integrados por matrimonios cristianos comprometidos con su fe.
El contenido de la preparación, dentro del amplio tema del bautismo, incluye el compromiso del cristiano con la Iglesia y con el prójimo, en una auténtica vida comunitaria. En cuanto al modo de preparación, son «encuentros» de preparación, con reflexión – bíblica-, diálogo, oración y una eucaristía.

INICIO A LA VIDA EUCARÍSTICA

La Primera Comunión es uno de los siete sacramentos de la Iglesia Católica, y uno de los tres sacramentos de iniciación a la vida cristiana junto al bautismo y a la confirmación. A través de la primera comunión, luego de cierta preparación llamada CFIVE (catequesis familiar de iniciación a la vida Eucarística), en la que se aprende, mediante temas y actividades, el catecismo, preparando de manera próxima al niño, con la participación de un familiar o apoderado, para recibir por primera vez la comunión y continuar participando activamente en las misas parroquiales y en la vida de la Iglesia.

REQUISITOS

Los niños deben tener mínimo 7 años para iniciar su preparación. Esta preparación la realizan catequistas de cada parroquia, unos se reúnen con los niños y otros con los padres o apoderados. La preparación dura dos años y a lo largo del proceso se realizan varias celebraciones: La Entrega de la Palabra de Dios, la entrega del Padre Nuestro y la entrega del Credo. También se realizan dos celebraciones penitenciales (Confesiones) a lo largo del año; la primera más pedagógica con algunos signos, para ayudar al niño a vencer el temor inicial con el que van por primera vez a la confesión y la segunda más solemne previa a la celebración de primera Comunión.
Para inscribirse, es necesario acercarse a la parroquia durante los meses de Marzo y Abril, y hacer las consultas respectivas para recibir este sacramento.

CONFIRMACIÓN

El sacramento de la Confirmación es uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice mucho.

Con el sacramento de la Confirmación, la persona asiente voluntariamente la fe de Cristo, es decir, acepta ser católico.

 

En este sacramento se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. A partir de la Confirmación nos convertimos en cristianos maduros y podremos llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser testigos de Cristo.

 

La materia del Bautismo, el agua, tiene el significado de limpieza, en este sacramento la materia significa fuerza y plenitud. La materia de este sacramento es el “santo crisma”, aceite de oliva mezclado con bálsamo, que es consagrado por el Obispo el día del Jueves Santo.

 

Todo bautizado, aún no confirmado, puede y debe recibir el sacramento de la Confirmación (cf CIC can. 889, 1). Puesto que Bautismo, Confirmación y Eucaristía forman una unidad, de ahí se sigue que «los fieles tienen la obligación de recibir este sacramento en tiempo oportuno» (CIC, can. 890), porque sin la Confirmación y la Eucaristía el sacramento del Bautismo es ciertamente válido y eficaz, pero la iniciación cristiana queda incompleta.

REQUISITOS

Si bien a cualquier edad se tiene el derecho de pedir el sacramento de la confirmación, por razones pastorales la preparación debería iniciarse a una edad entre 13 y 14 años para poder administrarse alrededor de los quince años (Legislación Complementaria Conferencia Episcopal de Chile R 891).

 

La preparación de los jóvenes tendrá una duración a lo menos de un año.

 

Los adultos que piden ser confirmados recibirán la catequesis de preparación durante un año en cursos adecuados para ellos que se realizaran a nivel diocesano o parroquial. Al final recibirán los sacramentos de la iniciación que les faltaren.

 

El padrino de confirmación deberá ser elegido por el mismo confirmando, considerando su actitud de fe y no sólo el vínculo familiar. No podrán ser padrinos los no católicos.

 

Los padres de los jóvenes y adultos que deseen recibir la confirmación expondrán el deseo de recibir el sacramento en la Secretaría de la Parroquia y junto con ello entregarán una fotocopia del Certificado de Bautismo. Aquellos que no tengan residencia en la jurisdicción de la Parroquia expondrán su situación al momento de solicitar la inscripción para que el Párroco resuelva en consecuencia.

PREPARACIÓN

El párroco, que es el responsable de todo el proceso que dure la confirmación, nombrará una persona adulta, debidamente preparada, que lo represente siendo éste el catequista encargado de la pastoral sacramental.

 

El proceso de formación no se reduce a una simple entrega de contenidos, sino que consiste en un aprendizaje gradual y metódico del vivir cristiano. La preparación se hace en grupos pequeños que permite un fácil diálogo, y con reuniones, semanales o quincenales.

MATRIMONIO

El matrimonio es uno de los siete sacramentos de la Iglesia católica, esto implica, según la teología, que fue instituido por Cristo y que es un signo visible de la gracia. El Catecismo de la Iglesia Católica y el Código de Derecho Canónico lo definen como una «alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole».

 

La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable «que hace el matrimonio». Si el consentimiento falta no hay matrimonio.

 

El consentimiento consiste en un «acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente»: «Yo te recibo como esposa»— «Yo te recibo como esposo». Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos «vienen a ser una sola carne».

 

Por el Sacramento del Matrimonio, Dios llama a los esposos cristianos a participar y manifestar el misterio de unión y amor fecundo de Cristo y su Iglesia, la decisión libre y espontánea de los esposos cristianos es respuesta en la Fe a esta llamada de Dios.

REQUISITOS

Los novios deben acercarse a la Oficina parroquial con la suficiente anticipación (4 o 5 meses antes del matrimonio) y acreditar, uno de ellos, que su residencia se encuentra ubicada en la jurisdicción de la parroquia, de lo contrario, hacer presente su situación para resolución del párroco.

 

Al contactarse presentarán los certificados de bautizo de ambos, con fecha de emisión no mayor a 4 meses.

 

En la Oficina Parroquial se les llenará una ficha con los datos actualizados para después agendar una entrevista formal con el sacerdote donde se elabora el INFORME MATRIMONIAL y donde se entrevista la pareja y dos testigos de manera separada. Estos testigos deben portar su cedula de identidad, ser mayores de edad y que conozcan al menos dos años a los novios. Si se han casado por el civil los contrayentes deberán traer su libreta de matrimonio para dejar este antecedente en su información. A su vez, se les inscribirá con un matrimonio para realizar los Encuentros de preparación al matrimonio (Charlas). Si han realizado los Encuentros en otro lugar, deben traer un certificado que acredite esta situación.

PREPARACIÓN

La catequesis de preparación se realizará por matrimonios guías en la parroquia que contará con charlas de formación y conversaciones sobre la experiencia matrimonial de los encargados también se prevee un encuentro que realiza en Parroquia el sacerdote.

 

Junto con lo anterior deben fijar en secretaria parroquial el día y hora de su Información Matrimonial.

CONFIRMACIONES Y SACRAMENTOS ADULTOS

En las Parroquias ofrecemos a los adultos de 30 y más años la posibilidad de recibir los sacramentos del Bautismo, Comunión y Confirmación, acompañándolos y guiándolos en su madurez, poniendo especial énfasis en enseñarles la palabra, vida y obra de Dios a través de un proceso progresivo en el cual reciben los sacramentos de iniciación cristiana.

Los interesados concurrirán a la Oficina Parroquial durante los meses de Marzo, abril y Mayo, donde se inscribirán y recibirán desde la Iglesia la notificación para que concurran a los encuentros de preparación que se realizarán una vez por semana durante 1 año.

Este proceso consta de una serie de encuentros guiados por un catequista y sus colaboradores, celebraciones y actividades que van introduciendo progresivamente a los catecúmenos a la vida de la Iglesia.

bottom of page