El padre Guillermo señaló en su homilía que los colegios de Iglesia, son un lugar privilegiado de formación y promoción integral de los alumnos, la cual va más allá de tener que aprender unos contenidos específicos, la educación católica no pone sólo el acento en la intelectualidad, ella también busca, si quiere verdaderamente llamarse católica, ser capaz de desarrollar los valores cristianos que Cristo nos dejó en los evangelios. Esta formación la hacen los profesores, a los cuales el padre agradeció su trabajo sobre todo en tiempo de Pandemia, y les invitó a no desfallecer en su importante rol de educar tanto en el saber, como en el servir y en el orar. Tres dimensiones que abarca la educación: conocimiento, caridad y espiritualidad. Así llega a ser integral verdaderamente.
Al término de la misa se entregó una bendición especial a los equipos directivos de cada colegio, pidiendo a Dios que pueda regalarles sabiduría y amor para conducir a los alumnos y apoderados por los caminos del saber y de la fe.